lunes, 21 de marzo de 2011

LA PRIMAVERA

de Bartolomé López Lara, el Lunes, 21 de marzo de 2011 a las 11:57
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     La Primavera entró hoy a las 0:21, al entrar el Sol en el signo de Aries. Con ella la vida regresa de nuevo a los seres vivos, y transforma todo, poco a poco: primero los brotes de las hojas, después éstas van creciendo, como los bebés, con una tonalidad verde clara, y a medida que se hacen mayores, el verde se va haciendo más intenso, y cuando se trata de árboles frutales, como el almendro, el más adelantado, por ejemplo, las bellas flores que inundan de blanco o blanco rosáceo el paisaje donde se hallan, y que son la señal del fruto que más tarde, ya en la época del estío, comeremos y nos sabrá tan rico, sea la almendra, sea cualquiera otra clase de fruto o fruta.
    Sí, el paisaje se transforma, y, a la vez, la temperatura se suaviza y se hace tan grata que invita al paseo y el alma se regocija con ella y con la belleza de las flores y el verdor de los campos, en los que los cereales forman enormes alfombras entre las que, más tarde, pueden aparecer grandes manchas rojas de amapolas, lindísimas amapolas, como dice la copla, que destacan sobre ellas, y aumentan aún más esa belleza.
   La transformación llega también a los animales, y, por tanto, a nosotros, animales racionales, como solemos decir con la consabida frase de " la primavera la sangre altera ".  La vida bulle más en nosotros y nos sentimos más contentos, más alegres, más ligeros, más soñadores,  más enamorados de ella y de todo...., más felices, en fin, siempre y cuando nos acompañe la salud de cuerpo y de alma, porque si no es así, la llegada de la estación más explosiva del año, no la notaremos, porque nos lo impedirán nuestras dolencias, aunque pudiera ser que en ciertos casos ayuden a superarlas, como también lo contrario, porque algunas personas suelen deprimirse o recaer en la depresión que superaron tiempo atrás, y aparte de eso están las alergias y otras cosas por el estilo, debidas al polen de las flores, pero eso ha ocurrido siempre, y no  le resta a la primavera su carácter de nuevo nacimiento, porque eso es realmente lo que ocurre en toda la Naturaleza, porque se renueva por completo.
    Cuando el Sol entra en Aries llega la Primavera inundando de vida todo lo natural, y tal hecho ocurre cada año, indefectiblemente, porque tras el verano, que es cuando los frutos maduran y se recogen, llega el otoño, y la vida se  va apagando paulatinamente, hasta la llegada del invierno, cjuando se apaga del todo y queda en estado latente hasta la próxima Primavera, hasta el próximo despertar de la vida.......
    Y así como es Primavera en el campo al entrar el Sol en Aries, así también es Primavera en el alma al entrar en ella el Sol de Justicia, Jesucristo, Señor y Dios nuestro, inúndándola de Vida, que es eterna y no caduca, y de belleza, y con flores y frutos de alegría, de bondad, de caridad, de paz, de consuelo.....de amor, en definitiva, y nunca se termina. En el alma donde habita Jesús, nunca hay ni otoño ni invierno, nunca hay tristeza, sólo vida, solo flores y solo frutos buenos y eternos. Pero esta Primavera no viene a nosotros como la otra, obedeciendo la Ley que Dios impuso a todo lo Creado, sino que ha de ser como consecuencia de nuestro querer ( no de nuestro deseo, porque los deseos van y vienen, y se aplican más bien a las cosas de este mundo, mientras que el querer lo es a las cosas fundamentales de nuestra vida, y de ellas no hay ninguna que lo sea tanto como la de querer que la Primavera eterna llegue a nuestra alma, y a nuestro corazón el amor de Dios ).
    Y ya sabemos lo que hemos de hacer: renunciar a las cosas del mundo que se oponen a Dios, que todos sabemos de sobra cuáles son, y no hace falta que las volvamos a recordar aquí.
   Que tengamos todos una muy feliz entrada y salida de Primavera, en busca del verano y de la recogida de los frutos, tanto los de la Tierra, como los del Cielo.
   Con todo cariño: Bartolomé

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